Parte de crecer
Aquel día el sol se encontraba apenado, no brillaba plenamente, se opacaba sin sentido. Sali para ver lo que pasaba, pero la respuesta fue clara cuando no encontré algo que explicar, seguí de largo e intente pensar en otra cosa, fijar la mirada en puntos fijos y encontrarme haciendo cualquier cosa.
No funcionó, aquella reacción fue solo el primer paso para saber que me había extraviado, y no en términos físicos. Intente ser practico y seguir los consejos de los “coaches”, meditar un rato, ponerle vibra positiva, soltar las malas energías, escuchar música, en fin, un sinfín de cosas que en ultimas no me aportaban.
Fue allí cuando pensé en el por qué seguía haciendo aquello que no quería, me obligaba constantemente a pensarme como el otro, intentar tener buenas vibras, ir de pinta oriental para aparentar ser mas naturas, esconder lo que siento, vivir solo con lo justo, un embrollo que no encontraba salida.
Tome agua como aquel que se ahoga al respirar, mas por error que por costumbre. Limpie mis lentes, me seque el sudor y me dispuse a caminar.
Es increíble ver como tantas historias son contadas en tan pocos segundos, cuantas miradas, reacciones, sensaciones, sentimientos, emociones podemos causar o evitar tan solo al detenernos, cerré los ojos y caí de espaldas.
Recree aquello que hace mucho quería imaginar, un mundo donde no tuviera que seguir el ritmo de ninguno, no cumplir obligaciones y simplemente ser, trascender más allá de la normalidad que se nos pone en frente, ser feliz a ratos, o dejar de serlo.
Abrí los ojos nuevamente, como aquel que se resigna ante sus errores, me levanté mas por costumbre que por ánimo y decidí seguir en lo mío, al fin y al cabo, no todo debe ser bello, pero aceptarlo fue un gran paso.